
"DISORDER", POR CLICKCLXCK Y CEREBRO CINEMA
Las tendencias dentro de la práctica fotográfica y artística, si se le torga esta carga valórica y categorización, provienen desde muchos orígenes y motivos. La imagen técnica digital, como las imágenes técnicas en general, contienen en su producción una intencionalidad, propia de la consciencia de quien las crea y produce, que puede estar dirigida hacia diversas finalidades del lenguaje, la comunicación y la estimulación de la percepción, cognición y el comportamiento humano y de las sociedades.
El lugar, vinculado ciertamente al territorio, contiene una identidad indisoluble frente a lo histórico; esa historia perteneciente a una cultura, sus costumbres, tradiciones, patrones, geografía y todos aquellos aspectos que la transforman y definen en esto, un lugar, dentro del cual cada individuo puede vincularse, redefinir su propia historia y manifestar el deseo frente a la realidad. El no lugar, por otra parte, comprende la vacuidad de significado en torno a la cultura tradicional y la identidad territorial, dando posibilidad de sentido para quien lo habita (o transita) en relación a modelos culturales neoliberales, propio de un sistema y metodología occidental de reconfiguración cognitiva y de la subjetividad (Augé, 2003, p. 101). La ciudad de Lima es un claro ejemplo de ello.
Bajo el manto de la colonización y otros conceptos migratorios abruptos, la existencia de la subculturalidad emerge a través de la imagen; la experimentación y la “fotografía experimental” es presentada a través del fotógrafo Diego Díaz (alias Cerebro Cinema) y el fanzine “Disorder”, el cual trae consigo las imágenes de una Lima que rompe con la representación habitual del territorio y la reproducción tradicional de su imagen. La colectividad juega un rol esencial, al comprender un proyecto colaborativo con productores afines frente a esta “fotografía experimental”, denominada por el autor, y que proyecta un crecimiento virtual a través de las nuevas plataformas de socialización digitales, así como frente a nuevas formas de pensar los nichos y los grupos de producción contemporáneos. Aquí una pequeña entrevista acerca de este nuevo dispositivo:
M.L.: Cuéntanos acerca de lo que denominas como “fotografía experimental” Diego, desde la contextualización con respecto al concepto de norma fotográfica en la ciudad de Lima en la actualidad ¿Cómo ves el panorama actual de producción fotográfica en tu territorio? ¿Podrías profundizar más dentro de este género fotográfico que caracteriza tu producción?
C.C.: Lo denominamos experimental porque mezclamos muchos elementos poco convencionales dentro de nuestro proceso, y exponemos temas bastante subjetivos, muchas veces personales. Sigue siendo fotografía callejera dentro de todo, pero alteramos el paisaje, los colores, creamos una ambiente distinto, buscando alterar, distorsionar la realidad, reflejar algo escondido tal vez.
El circuito de fotografía en la ciudad de Lima es muy rico. En la actualidad hay muchos colectivos y fotógrafos independientes realizando trabajos importantes, pero asimismo el trabajo local suele ser de índole documental, muchas veces con un enfoque social o político, lo cual refuerza el carácter “experimental” de nuestro trabajo. De manera orgánica hemos ido desarrollando un estilo alterno, uno que es mucho más subjetivo e íntimo, a pesar de que puede llegar a ser un poco extravagante también. Nuestro proceso es bastante diferente de uno documental. Obviamente nosotros alteramos la imagen de muchas maneras y una fotografía de un paisaje callejero cotidiano puede convertirse en una obra surreal.

M.L.: En relación al material que nos presentas Diego, ¿cómo consideras el concepto de colaboratividad dentro del contexto creativo?
C.C.:Poder colaborar entre nosotros es importante para nuestro desarrollo artístico. Lo que hacemos es subjetivo, abstracto, es el reflejo de experiencias; no solo técnica. Por esto la manera en que compartimos nuestro proceso de trabajo y experiencias entre nosotros es nutritivo. Nuestro trabajo es el resultado de una catarsis, algo personal, y es cómodo poder compartirlo con personas que lleguen a esos mismos espacios por su propio camino. Siempre hay algo que otra persona puede enseñarte, no solo hablando de fotografía. Fue a partir de nuestro estilo similar que ClickClxk y yo nos reunimos, y quisimos hacernos un espacio para sentirnos más cómodos con nuestro trabajo, un espacio donde otras personas también pueden colaborar, y así desarrollar todos nuestro trabajo.


M.L.: Ciertamente lo colectivo puede encontrarse en toda actividad humana, ¿desde donde sitúas este concepto dentro de la “fotografía experimental?
C.C.: Creo que siempre es bueno encontrar gente que de cierta manera comparta tus sensibilidades artísticas, que encontremos puntos en común en lo que hacemos. Al mismo tiempo esta cercanía hace que podamos compartir técnicas de manera más cómoda y así complementar y enriquecer nuestra propia obra a través de la colaboración. Esto se aplica bastante dentro del tipo de fotografía que hacemos, ya que muchas veces los procesos que realizamos suelen ser un poquito complejos o extraños por los detalles. Una vez que esos procesos son demarcados es mucho más fácil llegar al resultado. Compartir esa información de manera colectiva es interesante, todos llegamos a puntos comunes desde diferentes caminos, y podemos aplicar esas técnicas a nuestro propio estilo, a nuestro proceso, y siempre será diferente.

M.L.: ¿Cómo está posicionada la digitalidad y sus plataformas dentro de este proyecto?
C.C.: Nuestro proceso por el momento es únicamente digital. Utilizamos diferentes tipos de plataformas de edición para realizar nuestras fotografías. Por ejemplo, muchas de las fotografías en el fanzine han sido realizadas, y editadas, únicamente en smartphones utilizando una variedad de apps. Hemos distribuido el fanzine a travez de issu, y por medio de grupos de fotografía de redes, al no salir en físico aun, es la única manera de que podamos llegar al circuito. Hemos encontrado buena respuesta dentro de algunos grupos del circuito peruano.

DESCARGAR FANZINE - ED. 1
M.L.: Cuáles son las proyecciones del proyecto Diego, ¿hacia dónde se dirige y cuáles son sus horizontes? ¿Finalidad o continuo?
C.C.: El fanzine estará saliendo bimensual. A partir del lanzamiento del primero hemos estado recibiendo mensajes de personas con un trabajos interesantes que desean sumarse al proyecto. El propósito nació a partir de la necesidad de crear un espacio más acorde a este estilo “experimental”, queremos armar una movida de fotografía experimental dentro de la ciudad, y expandirla lo más que podamos. Si hay gente en otros lugares que le guste lo que estamos sacando y quiera mandar material sería muy chévere para nosotros cualquiera que comparta esta visión artística alterna es bienvenidx. No queremos sacar un fanpage o algo por el estilo aun. Planeamos mover el fanzine solo como publicación virtual en issu por el momento, pero proyectamos sacar el material en físico, y tenemos la idea de sacar las fotografías en formatos grandes también. Tenemos una expo en mente, así que esperaremos a entonces para sacar la publicación en físico.
Entrevista realizada y producida por Michell León, para Plataforma (Colectiva). 2018.
Augé, M. (2003). El tiempo en ruinas (1ª ed., pp. 101). Barcelona, España: Gedisa.
