
"HABITABILIDADES MODERNAS", POR LEONARDO PORTUS
Arquitectura y memoria son los ejes de mi trabajo visual, investigando lugares emblemáticos de nuestra historia reciente, otros simbólicos y autobiográficos como la vivienda social. Muchos de estas construcciones terminan siendo el mejor espejo de los cambios sociales y proyectos políticos que cruzaron el Siglo XX donde particularmente el protagonismo del Estado fué rotundo, al ser el principal mandante.
Construcciones tales como escuelas, municipalidades, hospitales y conjuntos habitacionales diseñados en distintos grados bajo los parámetros de la arquitectura moderna y que muchas veces fueron el resultado de Concursos Públicos, en los cuales participaban los más destacados arquitectos siendo la construcción de lo público un motivo de prestigio.
Muchos hoy lucen un aspecto deteriorado adquiriendo un aire retrofuturista, algunos han sido demolidos o lucen desafortunadas transformaciones y otros tantos intentan mantener la dignidad de sus líneas. Bastante se ha escrito y discutido sobre los distintos grados de éxito y fracaso del Movimiento Moderno a la par que su instalación -sobre todo en los países no desarrollados- implicó la imposición de un modelo foráneo del primer mundo en países cuyos gobiernos locales de distinto oscilaban desde democráticos o de facto, buscando en la funcionalidad modernizadora e higienista y en medio de la explosión demográfica dar más vivienda en las mejores condiciones posibles a la mayor cantidad de familias que estaban radicadas en las ciudades en condiciones paupérrimas o migraban del campo a ésta, sin tomar en cuenta muchas veces la disrupción violenta de esta nueva estética arquitectónica en el paisaje urbano, una emergencia que en no pocas veces implicaba a las urbes latinoamericanas despertar de la larga siesta colonial.
En el caso chileno, la implantación del lenguaje moderno, no sólo implicó la construcción de espacios habitables o públicos si no que también ambiciosos proyectos de remodelación que pusieron el eje en un urbanismo responsable a largo plazo con nuestras ciudades y que hoy nos interpela dada la traumática liberalización del uso del suelo post golpe de 1973, entregando plenamente la habitabilidad de las ciudades a la regulación lucrativa del mercado y sus intereses económicos. Problemática que hoy vemos amplificada por ejemplo en la mala condición de vida de tantos ciudadanos dada la lejanía entre sus lugares de trabajo o estudio, y sus viviendas en la periferia, fenómeno que se agudiza mientras más precaria sea la economía de éstas familias.
En este sentido y contexto, la hipótesis del cual nace el proyecto de arte visual Habitabilidades Modernas, surge de mi observación sobre los conjuntos habitacionales Población Subida Márquez, Zenteno, Lord Cochrane, Empart Etchevers y 7 Hermanas, los cuales arman una línea de tiempo desde los años 40's a fines de los años 70's, presentando el nacimiento y apogeo de las políticas públicas con gran calidad arquitectónica, equipamiento y construcción con un fuerte sello urbano integrador. Es una época de grandes proyectos políticos que hoy nos interpelan de forma elocuente dada la contingencia segregadora que vivimos prácticamente en casi todas las ciudades de Chile, fenómeno que se afianzó en Dictadura al realizar un dispositivo biopolítico de diferenciación social mediante los procesos de erradicación de familias pobres a la periferia de las urbes donde además el Estado abandona su rol constructor y adquiere uno subsidiario cediendo su responsabilidad al Mercado, el cual especula con el anhelo de la casa propia afectando también a las capas medias de la población que hasta inicios de los 70’s también recibían una respuesta habitacional estatal de buena calidad a través de las Cajas de Ahorro y Previsión como la EMPART o Canaempu.
Para recalcar esta hipótesis basta el ejemplo paradigmático de Población Márquez en Valparaíso, vivienda social construida por el Estado en los años 40’s para familias obreras y ubicada a apenas dos cuadras de Plaza Echaurren. Un modelo que hoy sería imposible replicar en cualquier ciudad de Chile incluso para familias de clase media, que se enfrentan a un tipo de arquitectura de calidad mediocre y paradojalmente a un costo altísimo, hipotecando parte importante de sus ingresos frente a una precarización laboral que obliga a confiscar también su ideología, sueños y futuro.
Además es importante destacar que estos cinco conjuntos habitacionales en perfecto orden cronológico nos presentan cinco “tiempos” o estilos dentro del valioso patrimonio arquitectónico moderno chileno, desde el racionalismo heredero de ciertos rasgos del stream line en Población Márquez, hasta el modernismo expresivo de 7 Hermanas que en su riqueza formal tal vez ya a fines de los años 70’s avizora la voluptuosidad alegórica posmoderna.
La exposición Habitabilidades Modernas en la sala de artes visuales del Parque Cultural de Valparaíso (ex Cárcel) entre los meses de enero a marzo de 2017 tenía una iluminación dramática que continuó una poética con que he abordado la arquitectura entre la melancolía y la nostalgia, un territorio donde aflora la utopía del movimiento moderno con la posibilidad latente de volver a repensar estos modelos de habitabilidad permitiendo explorar desde el campo de las artes visuales un atractivo cruce disciplinar con la arquitectura.
La muestra constó de cinco maquetas escultóricas con movimiento y proyección de sus sombras, brillos y reflejos que abstraen detalles arquitectónicos de estos cinco lugares que muchas veces de ser tan persistentes pasan desapercibidos, generando una atmósfera envolvente en el recinto expositivo. Cinco dioramas con luz interior que jugaban con la percepción volumétrica del espectador y el deja vu de reconocer estos lugares, una serie de 16 fotografías de interiores de algunos departamentos que dan cuenta del patrimonio humano y de cómo el devenir cotidiano actual arma verdaderos micro mundos al interior de cada hogar. Al no aparecer habitantes, generó una mirada voyeurista del espectador, especulando quien puede vivir ahí, personas tan similares a nosotros mismos y cuyo entorno puede en algún momento desaparecer o ser modificado por nuevos y futuros ocupantes.
Al fondo de la sala había un loop de imágenes proyectado por un plasma, correspondiendo a una serie de fotografías de álbumes familiares de una vecina de los departamentos de la Población Empart de Etchevers Viña donde se cuelan ciertos grados de “detalles” de su arquitectura como escenografía omnipresente. Fotos como objetos evanescentes, que se pierden, extravían, cada cambio de casa o generación que muere significa una nueva perdida, manipularlas, no conservarlas bien.......donde las dejé, como se llamaban estas personas que aparecen en la imagen? es una verdadera arqueología moderna encontrarse con ellas, conjurar los vínculos personales y colectivos escudriñando en la línea de tiempo familiar en que fueran captadas, están siempre guardadas en una grieta del hogar entre todos los objetos que no queremos o no podemos tener a mano, en el fondo de un cajón, en la parte inaccesible de un ropero.
El audio del loop que ambientaba la muestra correspondía al sonido amplificado de los pequeños motores del disco del plato giratorio de los microondas que hacen girar las maquetas. Ese sonido operaba como la metáfora de una revolvedora de hormigón en obra o de un camión betonero, el constante movimiento y de cómo al final todo puede desaparecer y permanece sólo la arquitectura como cáscara y contenedor, el patrimonio como memoria y el hogar como recuerdo, la inquietante pregunta sobre al final donde se sitúa o queda nuestra experiencia de habitabilidad.











Título: Habitabilidades Modernas
Técnica: 5 maquetas con movimiento y proyección de sus sombras, medidas variables, acrilico, mica, PETG y pvc autoadhesivo espejo.
5 dioramas con luz, realizados con madera, pintura acrilica, esmalte al agua.
15 fotografías de interiores de departamentos, fotografía color 55 x 70 cms, c/u impresas sobre pvc autoadhesivo transparente y montadas sobre mica transparente.
Año: 2017
Artista visual autodidacta. Arquitectura y memoria son sus temas recurrentes, desde la investigación de lugares emblemáticos de nuestra historia, simbólicos y autobiográficos como la vivienda social, y el valioso legado del patrimonio modernista a menudo ignorado y las huellas de su deterioro presentando el desgaste de su utopía que buscó impregnar un modelo urbano durante la década de los 60’s y 70’s en Chile.
Ha recibido el apoyo de Fondart, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Chile y de la Fundación Príncipe Claus de Holanda para algunos de sus proyectos, también ha recibido premios en diversos concursos. Algunas de sus obras se encuentran en colecciones privadas de Chile y el extranjero, públicas como la del Museo Nacional de Bellas Artes, Universidad de Talca, Consejo de la Cultura y una obra pública permanente en el Centro Cultural Gabriela Mistral GAM, Santiago.