
"HYPERVIEW", POR
MATÍAS RAMÍREZ
Durante los años 90 y principios del 2000, Chile fue el epicentro de diversas manifestaciones, tanto sociales como culturales; el movimiento LGBT, la música techno, la marcada influencia del pop, y múltiples subculturas que nacen producto de esta efervescencia de identidad con respecto a un contexto de liberación y una generación que propone nuevos constructos colectivos.
La tecnología a su vez, va de la mano con cada una de estas manifestaciones, estableciendo plataformas y dispositivos distintos para cada una de ellas; es así como nacen por ejemplo los conceptos hoy ya evolucionados del “walkman”, “discman”, “hardcore”, “punk`s not dead”, entre otros, en una dirección occidentalizada para una cultura ajena pero dentro de la cual se comparten ciertas apreciaciones y significados. La influencia de países como Norteamérica, y su posicionamiento geográfico como ideológico la han convertido en una de las bases de influencia para generaciones que hasta hoy, continúan en la búsqueda de nuevas adaptaciones y desarrollo de subculturas que comprenden pequeños nichos y grupos, pero que subsisten en base su propia “culturalidad” en una cierta endoculturación que se transmite bajo una dinámica y metodología comunitaria propiamente tal.
La subcultura del hardcore, se manifiesta en la actualidad bajo muchas figuras, algunas nuevas y otras que continúan su vinculación con el movimiento, integrando nuevas concepciones frente a la contemporaneidad que los atañe, así como el activismo a través de diversas áreas del accionar humano. En nuestro país, y de acuerdo a su conexión con un paradigma mercantil, esta subcultura ha decaído en cuanto a su apreciación estética e ideológica, inevitablemente de acuerdo a variaciones económicas y sus transformaciones. Esto en síntesis. Lo que sucede hoy puede analizarse desde sus involucrados. Matías Ramírez, audiovisualista y fotógrafo, comenta a Plataforma (Colectiva) acerca de su nuevo proyecto Hyperview, y su relación con la subcultura del hardcore a nivel local:
M.L.: Mencionas en el fanzine Hyperview, a la fotografía y el hardcore como algo “único” Matías ¿Podrías profundizar esta apreciación más allá del momento y la sensación? ¿Desde donde proviene tu inquietud en torno a la fotografía y esta subcultura?
M.R.: Para poder responder esto con mas detalle debo volver un poco el tiempo atrás. Desde joven me llamo la atención la fotografía. Poder capturar los momentos o situaciones determinadas a través de una cámara y ver los resultados que obtenías em daban una sensación de no querer parar de capturar. Comencé con fotografías de amigos andando en skate hasta que a mediados del 2007 fui a un par de tocatas en mi ciudad de origen (Quillota) y me di cuenta que nadie hacia registros de foto o video. Por lo que decidí, en uno de esos tantos shows, llevar mi cámara y experimentar jugando con un poco con las luces que existían en el lugar. Fui jugando con lentes, filtros y diversos equipos, unos más antiguos que otros, para ver los resultados. La atención se centro en los shows hardcore. Música estridente, movimientos rápidos seguidos al ritmo de la banda que tocaba de fondo, el pogo , saltos y gritos mezclados con luces de colores de diferentes ángulos fueron el porque para centrarme mas en hacer esas fotos además por los gustos de bandas que aún se mantienen. A medida que paso el tiempo se fueron acumulando varias fotos, incluso la gran mayoría de los registros que pude hacer se borraron o se perdieron al pasar el tiempo debido a que no les daba, quizá, la importancia que llevaban consigo mas aun no tener donde exhibirlas. Un día estaba donde un amigo hojeando algunas revistas cuando vi unas fotos de Jim Saah y literalmente mi mente exploto. Empecé a buscar fotógrafos que también estaban en shows hardcore en Chile y di con Gary Go y Christopher Gálvez. Ambos chilenos y maestros en fotografía en relación a shows de música. Ya mas grande y hablando con varios amigos, tras un concierto de Title Fight , decidí armar una plataforma para mis fotografías en Facebook e Instagram , no solo para tener un lugar fijo donde tenerlas , sino que para que fueran vistas. Apoyando de alguna u otra forma la escena local y cubriendo de manera personal, shows de bandas que me gustaban. Para mi el Hardcore es lo que me mueve, al igual que la fotografía. ¿Qué mejor que mezclar lo que te apasiona? Hacer fotos de bandas donde tocan tus amigos o de bandas extranjeras hacen que no hayan limites, en relación al trabajo que uno desempeña, querer llegar mas allá , saltar la “seguridad” para poder capturar ese momento en fracción de segundos te da mas motivos aun para lograr el registro que quieres.

M.L.: ¿Cómo significas Hyperview dentro del concepto de fanzine? ¿Cuál es la dinámica de este proyecto y sus alcances dentro y fuera de esta subcultura? ¿Cómo la contextualizas dentro del movimiento?
M.R.: La elaboración del fanzine de Hyperview fue muy sencilla: querer mostrar registros de bandas a través de una revista online que no tiene un precio mas que mostrar lo que haces. Eso es lo que me llevo a crear el primer fanzine. DIY ( do it yourself).
Se ha dado que este último tiempo la elaboración de fanzines ha aumentado en gran cantidad y no solo en fotografía, sino que en alimentación vegana, por ejemplo, o también en cuestiones políticas, diseño, etc. Incluso este año se dio la oportunidad de trabajar y expandir este proyecto a otros países gracias a la familia de Yer Scene, que son chicos de Canadá y Estados Unidos , que se juntaron para hacer un fanzine mensual y que tuviera que ver netamente con música y bandas. Fue tanto su motivación que comenzaron a ponerse en contacto con gente de otros países, tanto latinos como asiáticos. Recuerdo que leí un mensaje de Facebook invitándome a participar con ellos en su n° 9 con una fotografía que hice en el show de Citizen este año.
Dentro del movimiento actual como anteriormente lo mencione, los fanzines han crecido. Poder tener este material dentro de las mismas tocatas o eventos me permiten dar un punto de vista que también el publico vive. Además, creo que a varios les gusta “buscarse” dentro de una fotografía dentro del publico o nadando sobre ellos.


M.L.: El hardcore dentro del paradigma chileno, siempre ha pertenecido a una cierta realidad “underground” con ciertas apariciones y desapariciones frente a la luz pública, que claramente guardan su relación frente a su origen occidental ¿Cómo se ha adaptado esta subcultura a la realidad de nuestro país? ¿Cómo representa el contexto urbano y de una generación hoy en Chile? ¿Cómo ves la realidad de esta subcultura y sus proyecciones, tanto como aportes si es que existe alguno?
M.R.: Desde mi punto de vista el hardcore siempre ha estado, independiente si son tocatas en juntas de vecinos o en centros culturales, siempre se ha mantenido vigente evolucionando con nuevos sonidos o volviendo al hardcore 90’s o 80’s. En cuanto a las generaciones se ha dado que hay mas asistencia de gente joven que realmente les apasiona escuchar y seguir a estas bandas y tener una participación activa no solo con la música “hardcore” sino también apoyar a una postura política, veganista, Straight Edge, etc. Creo que día a día hay bandas del under que crecen más, ya sea sacando algún material o saliendo de gira a otros países, como En Mi Defensa, Invierno, Atentado, Demente Abierta o Remission, bandas nacionales que ya han salido de las fronteras del país y mostrar la fuerza no solo instrumental sino que a través de sus letras.
Fotografia de Citizen en Chile 2018 / Portada Volumen 9 de YER SCENE ( USA /CNA) Por Hyperview


M.L.: Para quienes no conocen esta subcultura, o han oído meras impresiones ¿Podrías describirnos que significa ser “hardcore”? ¿Cómo es ser-hardcore?
M.R.: Para mi el hardcore es postura, una postura política, en relación directa con oponerse a un sistema que retrocede en relaciones humanas y de calidad. Crítica social. No es posible que un gobierno tienda a destruir y a borrar del mapa sus raíces, como lo es actualmente el conflicto directo del gobierno al pueblo mapuche. No solo va en esto, también en tomar una postura frente al maltrato animal que es algo que lleva a tomar un estandarte valioso en relación a ser un movimiento y grito de guerra frente a quienes no pueden ser escuchados. Sumado a esto apoyar agrupaciones de derechos humanos y generar espacios para elaborar diálogos de diferentes temáticas, juntarte con tus amigos, formar unión y hacerla tu familia. Eso es el hardcore. No es solo tocar música rápida, pesada y gritar o meterse al pit, va mas allá de eso. Va en apoyar todo lo anteriormente descrito. Si no apoyas una causa ¿de qué te sirve apoyar el hardcore?

DESCARGAR FANZINE - ED. 1
M.L.: Finalmente, Matías, ¿Cuáles son tus próximos planes y proyecciones para Hyperview?
M.R.: Mis próximos planes es poder seguir haciendo registros de más bandas tanto nacionales como extranjeras y poder también hacer registros audiovisuales para brindar mas apoyo a las bandas. Actualmente estoy desarrollando en conjunto con un grupo de amigos un booking de tocatas ligadas al Hardcore llamado Esto Lo Hacemos Todos. Trata de armar fechas para que bandas de todos lados del país y del extranjero puedan tocar en nuestra región de Valparaíso, ya que la gran mayoría de shows se hacen en Santiago y por motivos de tiempo o trabajo, no pueden asistir a estos shows, es por eso que tomamos la iniciativa de hacerlos acá, cerca de nuestros hogares, además de incluir emprendimientos como vestuario, diseño, alimentación, etc.
Espero que hyperview siga creciendo y poder aprovechar mas instancias para mostrar mi trabajo. Quizá llegar a otros países o a algún grupo multimedia global.


Entrevista realizada y producida por Michell León, para Plataforma (Colectiva). 2018.