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"PROYECCIONES EN LA

REALIDAD", POR LEONARDO PORTUS

La ampliación del conocimiento se encuentra en la multidisciplinareidad. Así mismo la expansión de los diálogos frente a la práctica artística se limita en torno a la estética,el egocentrismo y las indagaciones "seudo-psicológicas", que retroalimentan en la actualidad las imágenes, formas y dinámicas hacia una especulación para la sobre estimulación de un sistema mercantil y de libre competencia artísticas; contradicciones que se ignoran para la conservación del organismo en el mundo, viviendo en una constante negación y paranoia. Avancemos y proyectemos hacia la realidad.

 

El trabajo y obra de Leonardo Portus comprende una significación real de lo que el valor social de una práctica artística implica. Plasmar ideas y generar nuevas cogniciones a través del arte, en el mundo, es algo resuelto y constante en el proceso y resultado creativo de este autor. Desde la investigación en terreno, y en una suerte de metodología antropológica y sociológica para la representación del objeto de estudio, es como hemos visto proyectos nacer desde un origen individual hacia el vuelco en la colectividad, a través del cuestionamiento y la crítica; la utilización de conceptos sutiles y relacionados en la simpleza para un individuo común y corriente, aquel ciudadano que se deja seducir por las apariencias de la percepción y los sentidos, pero que no es engañado ni puesto a prueba alguna, sino que confiando en su experiencia se le ofrece una posibilidad de esperanza y resistencia a través de la belleza, comunicandole que "no está solo". 

 

Este mes de Mayo acompañamos  a Leonardo en el cierre de su último proyecto "Habitabilidades Modernas", entre comidas, conversaciones y pensamientos, esta es la verdad:

 

M.L.: La representación de la realidad, ya sea desde las expresiones quirográficas como en el desarrollo de la escultura e intervención en la materialidad, ha buscado incesantemente la indagación de la verdad en base a la extracción y reproducción de parte de ella. Cuéntanos un poco los porqués de tu búsqueda a través de este levantamiento de la realidad, a través de tu proyecto Villa Portales, y cómo consideras la materialidad de sus elementos constituyentes, desde la planitud y la intensión de tu trabajo.

 

L.P.: El proyecto Villa Portales expuesto en la colectiva Fuera de Lugar en el Museo de Bellas artes a fines del 2010 y comienzos del 2011 me permitió ampliar la forma de cómo hasta ese entonces yo había abordado la arquitectura, es decir sólo la fachada. Aquí las dimensiones se ampliaron hacia por ejemplo el registro fotográfico de álbumes familiares solicitados a través de un llamado en facebook, donde a los habitantes de la Villa les pedí que me enviaran fotografías de álbumes donde apareciera de manera espontánea la arquitectura del lugar. Entonces, llegaron imágenes desde los años 60’s a la actualidad, sin importar su buena o mala calidad, formato, negativos color o blanco y negro 6 x 6, 120 mm, 35 mm, polaroid, etc. Algunas borrosas o presentando deterioro las cuales preferí dejarlas incólumes sin retocar. El trabajo con este tipo de imágenes implica un verdadero ejercicio de arqueología ya que generalmente las fotografías en papel análogas terminan al interior de cada casa como la entropía de los recuerdos familiares, algunas terminan en la basura, cada generación extravía una parte, intencionadamente algunas son destruidas por que aparece algún personaje que en el tiempo resultó incómodo y del cual es necesario borrar su propia presencia, etc. Y finalmente que es lo más valioso, es que estas fotografías terminan siendo el mejor documento del devenir de la arquitectura de la Villa revelando características originales que dada la escasa memoria de nuestro país adquieren la categoría de mito como por ejemplo las pasarelas que conectaban los edificios por sobre los techos de las casas de dos pisos. Entonces estas fotografías que captaron momentos íntimos de forma espontánea sin ningún fin documental, terminan siendo el mejor documento de la realidad de aquellos detalles, así podemos llegar a la conclusión de que lo que llamamos patrimonio enfrenta una aguda obsolescencia y son al final estos dispositivos íntimos y precarios la forma de asir los recuerdos antes de que escapen al olvido.

 

Complementaba lo anterior la definición de “moderno” en una pesquisa de conceptos solicitados a algunos vecinos del conjunto habitacional, donde vemos la conflictiva relación y fricción entre lo que ellos entienden y viven por moderno y los distintos grados de éxito y fracaso de la muchas veces vilipendiada arquitectura moderna por dogmática al imponer un estilo de vida racionalista alejada de la cotidianeidad vernacular y tradicional de las familias.

 

El retablo a lo lejos para quienes entraban a la sala operaba como una fotografía por su escala y fuerte contraste cromático con el muro pintado de color naranja intenso, pero a medida que el público se acercaba a la obra aparecía el volumen y las ganas de tocarlo, sacarse selfies, etc. Aquí luego al ver montada la obra vi que sin proponérmelo había hecho cierto guiño a la célebre obra La Silla de Kosuth, es decir el retablo de la fachada de un block operaba a la lejanía como una foto y al acercarse aparecía su volumetría, el edificio moderno en miniatura que queremos tocar y entrar en él pero que no es el real, las fotografías de los habitantes donde se filtra la imagen de su arquitectura moderna y finalmente el concepto de lo “moderno” que es lo que engarza toda esta bella y conflictiva arquitectura.

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M.L.: Hemos reconocido el Chile fragmentado y un potente sentido de reflexión en torno a lo político, social y antropológico en tu obra Leonardo, así mismo una mirada retrospectiva que obliga el análisis desde la no ingenuidad de ciertos procesos históricos que involucran el bienestar y estado de una sociedad hasta hoy, en la actualidad donde la obra se posiciona para crear nuevos sentidos y otorgar la inclusión desde otras percepciones y trabajos conceptuales. ¿Cómo nace  el proyecto “Voluntad y Lápida” y su desarrollo para el resultado de lo que corresponde a su interacción con la comunidad?

  

L.P.: Voluntad y Lápida son obras que pertenecen al proyecto curatorial 275 Días, Sitio, Tiempo, Contexto y Afecciones Específicas, convocado por la curadora Paulina Varas y el arquitecto José Llano dentro de un Concurso de Proyectos Curatoriales para el Centro Cultural GAM el año 2009. Buscamos generar un nexo entre las obras de arte integrado del proyecto general que aún sobreviven hoy y nuevas obras que sirvieran de puente con éstas. El actual Centro Cultural Gabriela Mistral o GAM corresponde al reciclaje del Edificio construido durante 1972 por Salvador Allende para ser sede de la III Conferencia Internacional UNCTAD, donde los países en Vías de Desarrollo dialogarían entre sí para buscar un frente común para su desarrollo sustentable social y económicamente, representando en tiempo record la épica constructiva y ejemplo de los logros del gobierno de la UP. Posteriormente al Golpe de Estado de 1973 con el Palacio de la Moneda destruido, este lugar se constituye paradojalmente en el centro de operaciones de la Junta Militar y en el tiempo en siniestro símbolo de su poder.

 

Es por lo tanto un lugar que condensa los cambios políticos de muestra historia reciente, inevitable para entender cualquier ruta de nuestra memoria. Uno de los hechos que me motivó a realizar esta obra es un relato abrumador, el arquitecto jefe Sergio González decide que no se puede concentrar la épica constructiva del Edificio en la típica placa que se coloca en todo edificio público y que consigna sólo a sus arquitectos, ingenieros, fecha y empresa constructora, si no que aquí debería nombrarse en un gran memorial los nombres de todos sus participantes sin importar diferencia de rango y oficio, iniciativa que no fue aprobada por el organismo estatal encargado de su autorización por considerarlo excesivo y poco realizable. Entonces, le solicita al escultor chileno Samuel Román una placa hoy desaparecida que señala en la siguiente frase y manifiesto: "Este edificio refleja el espíritu de trabajo, la capacidad creadora y el esfuerzo del pueblo de Chile, representado por: sus obreros, sus técnicos, sus artistas y sus profesionales. Fue construido en 275 días y terminado el 3 de abril de 1972 durante el Gobierno popular del compañero Presidente de la República Salvador Allende G.” 
 

Entonces, para este proyecto realicé una obra compuesta por dos partes, la primera llamada “Voluntad”, que rescata el testimonio colectivo a partir de la réplica de la placa señalada y el rescate de su texto en código Braille grabado sobre los pasamanos que se dirigen a la plaza hundida, como ejercicio de lectura para no videntes, haciendo patente y tangible en una experiencia táctil, un fragmento de nuestra historia oculto, perdido y por lo tanto, intangible. La otra parte denominada “Lapida” consiste en una réplica de ésta trabajada en un dispositivo de mirilla alojada sobre un muro nuevo que se adosa al existente como una insistencia ante su ausencia original y en la cual el público se reencuentra con la imagen de la lápida perdida a través de una foto histórica, prácticamente el único registro existente, y cuyo contrapicado resalta la imagen de la torre como escenografía, congelando la utopía de la modernidad en versión latinoamericana, como posibilidad latente.

 

Sobre Voluntad y Lápida, la piel y la arquitectura se instalan físicamente como ejercicio de lectura de la memoria, sin recuerdos nostálgicos sino murmullos y silencios que siempre fueron expuestos y compartidos.

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M.L.: En relación a lo anterior Leonardo, uno de tus proyectos llamado “Estación Utopía” nos presenta una realidad alternativa, esa posibilidad de plasmar el imaginario en la realidad y establecer juegos que sin duda son útiles para la contraposición de estados, sistemas y el develamiento de verdades y conocimiento para nuevas generaciones, como para antiguas. ¿Cuál es tu impresión acerca de esta idea y sobre la base de este proyecto que oscila entre una crítica y estética suavizada a través de la belleza, pero dura y real?

 

L.P.: Estación Utopía fue expuesta a fines del año 2014 en el Museo de Artes Visuales MAVI de Santiago, era la segunda vez que trabajaba un proyecto en el formato de “ucronía”, es decir una historia alterna ficticia que toma como punto de inflexión un suceso histórico real que toma otro rumbo generando un desenlace histórico paralelo, en este sentido que habría sucedido con el proyecto original del Metro de Santiago sin el Golpe de Estado de 1973.

 

Dentro de mi investigación sobre arquitectura moderna en nuestro país me topé con que el nombre original de la primera Estación de la Línea 1 del Metro que sería inaugurada por el Presidente Salvador Allende para fines de 1973 era Violeta Parra, siendo finalmente inaugurado en 1975 cambiándose su nombre original por el de San Pablo, obviamente por las implicancias simbólicas del nombre de esta folklorista dentro del imaginario cultural de izquierda que la Dictadura buscaba neutralizar. Además, el trazado original de la Línea 1 del Metro llegaba hasta la Estación Tobalaba para doblar hacia Vitacura y terminar finalmente en la Remodelación San Luis, un señero proyecto habitacional de viviendas sociales del Gobierno de la Unidad Popular ubicado en la Comuna de Las Condes, y del cual hoy solo sobreviven algunos bloques deteriorados.

 

La muestra permitía asi viajar a una realidad paralela en donde se manifiesta el experimento modernista de integración entre arte y arquitectura con un fuerte sello social que vivió Chile hasta comienzos de la década del 70, del cual hoy día tenemos testimonios elocuentes como el proyecto del mural cerámico cinético en el paso bajo nivel de Carmen con Alameda, de los artistas Vial, Ortúzar y Bonatti, o el conjunto de obras concurrentes en el proyecto del Edificio UNCTAD III, todos ejemplos de un futuro anterior que nos mira desde un pasado que nos convocó como sociedad.

 

Luego manipulé estas maquetas fotografiándolas con distintos tipos de luz, natural, artificial y encuadres jugando con la seductora frontera entre realidad y ficción. Se filtra en las sombras fantasmagóricas la melancolía por una utopía trunca, un tiempo detenido en suspenso nutrido de referentes desde el cine de Fritz Lang, la pintura de Edward Hopper, la fotografía de la Escuela de Dusseldorf, etc. una larga tradición que ha abordado la representación simbólica de la arquitectura.

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M.L.: Tenemos en nuestras manos tu nuevo libro “Habitabilidades Modernas”, el cual presentaste en formato de exhibición en el PCdV y que corresponde a tu último proyecto investigativo, involucrando la habitabilidad como concepto central y aspectos como el patrimonio y sus valores esenciales en relación a la vida del ser humano. Así mismo la habitabilidad comprende una de las problemáticas sociales con mayor índice de crecimiento durante los últimos años, siendo la quinta región un territorio no exento de esto. ¿Cómo aproximas el proyecto desde los elementos o conjuntos habitacionales que has abordado para el contenido, y la contingencia sobre la problemática de la habitabilidad desde sus orígenes, a tu parecer claramente?

 

L.P.: Dentro del valioso patrimonio arquitectónico moderno chileno, los conjuntos habitacionales Población Subida Márquez, Zenteno, Lord Cochrane, Empart Etchevers y 7 Hermanas arman una línea de tiempo desde los años 40's a fines de los años 70's, presentando el nacimiento y apogeo de las políticas públicas con gran calidad arquitectónica, equipamiento y construcción con un fuerte sello urbano integrador. Es una época de grandes proyectos políticos que hoy nos interpelan de forma elocuente dada la contingencia segregadora que vivimos prácticamente en casi todas las ciudades de Chile, fenómeno que se afianzó en Dictadura al cambiar las políticas de uso de suelos y al realizar un dispositivo biopolítico de diferenciación social mediante los procesos de erradicación de familias pobres a la periferia de las urbes donde además el Estado abandona su rol constructor y adquiere uno subsidiario entregando su responsabilidad al Mercado, el cual especula con el anhelo de la casa propia afectando también a las capas medias de la población que hasta inicios de los 70’s también recibían una respuesta habitacional estatal de buena calidad a través de las Cajas de Ahorro y Previsión como la EMPART o Canaempu. 


La exposición constó de cinco maquetas escultóricas con movimiento y proyección de sus sombras, que abstraen detalles arquitectónicos de estos cinco lugares, cinco dioramas con luz interior, una serie de 16 fotografías de interiores de algunos departamentos que dan cuenta del patrimonio humano y el devenir cotidiano actual del sello moderno y un loop de imágenes de álbumes familiares donde se filtra la arquitectura como escenografía omnipresente.

 

La muestra tenía una iluminación dramática que continuó una poética de abordar la arquitectura entre la melancolía y la nostalgia, un territorio donde aflora la utopía del movimiento moderno con diversos grados de deterioro y éxito, y la posibilidad latente de volver a repensar estos modelos de habitabilidad permitiendo explorar desde el campo de las artes visuales un atractivo cruce disciplinar con la arquitectura.

 

Al fondo de la sala había un loop de imágenes proyectado por un plasma, correspondían a una serie de fotografías de álbumes familiares de una vecina de los departamentos de la Población Empart de Etchevers Viña donde se cuelan ciertos grados de “detalles” de su arquitectura. Fotos como objetos evanescentes, que se pierden, extravían, cada cambio de casa o generación que muere significa una nueva perdida, manipularlas, no conservarlas bien.......donde las dejé ? es una verdadera arqueología moderna encontrarse con ellas, están siempre guardadas en una grieta del hogar entre todos los objetos que no queremos o no podemos tener a mano, en el fondo de un cajón.

 

El audio del loop que ambientaba toda la muestra correspondía al sonido amplificado de los pequeños motores del disco del plato giratorio de los microondas que hacen girar las maquetas. Ese sonido operaba como la metáfora de una revolvedora de hormigón en obra o de un camión betonero, el constante movimiento y de cómo al final todo puede desaparecer y permanece sólo la arquitectura como cáscara y contenedor.

 

Al igual que las fotos de los interiores de los departamentos donde se arma un microcosmos distinto en cada caso, podemos reflexionar en estas imágenes congeladas todas distintas, sobre al final que es el hogar? los recuerdos, los objetos ?, las experiencias?. Es decir como lo que llamamos patrimonio generalmente pensado como algo material y tangible termina siendo algo sobre el cual se ciñe su obsolescencia por fatiga material, destrucción o que tratamos de preservar atenuando su agonía física, y al final la única forma de perpetuarlo es la intangibilidad de la memoria.

M.L.: Pensemos por un momento en el futuro Leonardo, si bien sabemos que no compartes tus ideas y proyectos con todos, por una precaución que claramente se justifica, cuéntanos un poco tus proyecciones e imaginario sobre lo que has venido desarrollando a lo largo de tu trayectoria como artistas, tus conclusiones, saberes y todo aquello que involucra tu experiencia y crecimiento a través de esta práctica, que sin duda sabemos que guarda mucho más.

 

L.P.: La Arquitectura como tema leída desde el Arte tiene un amplio e insospechado horizonte de investigación que se va nutriendo cada día con los fenómenos sociales contingentes y los que vendrán. La maqueta tiene un sentido altamente empático con el público, las ganas de involucrarse en ese otro mundo miniaturizado que puede ser un espejo del real u otro o una mezcla de ambos como en el caso de las ucronías que he trabajado. Hay algo de voyeur en el artista que crea estas realidades pequeñas y que también activa la mirada voyeur del público.

 

En general soy algo reservado con los futuros proyectos por que la mayoría de las veces estos van mutando y entre lo que comentas originalmente y lo que desembocan en el tiempo varían bastante o surgen otros que los reemplazan, etc. Me gusta trabajar también con el azar, el accidente, situaciones, imágenes e informaciones que van apareciendo, objetos que encuentro y que tienen una potencia elocuente ya que al “aparecer” y conectarse con tu ruta se genera un momento epifánico. Como se cruza como un amor a primera vista aquello encontrado en “ese momento”  y en “ese lugar” contigo y no con otra persona. Además los objetos y materiales reciclados tienen su propia vida, pasado y marcas que insospechadamente uno como artista rescata en un sentido estético. También en un sentido paralelo voy a seguir investigando el uso de luces, movimiento, sonido y sombras en mis obras creando una atmósfera envolvente.

Entrevista realizada y producida por Michell León, para Plataforma (Colectiva). 2017.

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